Aquí tenéis a la ganadora de nuestro certamen literario de este año, Conchita Prades, ahí tenéis su relato"UNA VISITA INESPERADA"
No llevaba mucho tiempo despierta cuando escuché que llamaban a la puerta, de momento sentí sorpresa, no tenía conocimiento ni esperaba a persona alguna. Por un momento pensé no abrir, no tenía ganas de recibir visitas ni mantener conversación o responder a preguntas.
Al momento, volví a oír insistentemente de nuevo llamar. Me sacudí la pereza y me dispuse a saber que me traía la casualidad a mi casa.
Cuando abrí la puerta, tras pensármelo mucho, me encontré a una persona totalmente desconocida para mi. Era una mujer alta, rubia, con una apariencia de fortaleza inusitada. Me hizo sentir pequeña, frágil, sin ningún tipo de equilibrio, ni físico ni emocional.
Me observaba fijamente mientras yo hacía lo mismo con ella.
Tras permanecer unos pocos minutos, observándonos mutuamente, me decidí a preguntarle "qué deseaba" aunque dado mi estado de ánimo lo que realmente querría haberle dicho era MARCHATE.
Cuando me respondió, me sorprendió para bien, tenía una voz dulce y sonora, casi angelical. Me preguntó por mi nombre al tiempo que se presentaba con el suyo. Soy Paula, ¿recuerdas a José María? Soy su hermana y pasaba por aquí para conocerte. ¿José María? ¿Cómo no iba acordarme de él?. Mi primera ilusión, mi primer amor. La persona que hizo despertar en mi la mujer que soy ahora, mi feminidad, mi poder cómo mujer en fin.....
Asentí con la cabeza, antes de contestar que si, que era yo, haciéndome a un lado para que pasara. El día que podría haber sido uno más, se lleno de luz, de recuerdos, de felicidad. Pensé que hubiera sido de él, si no hubiese abierto la puerta.
Los relatos se escribieron el martes 8 de abril y las componentes del jurado, Blanca, Viky y Elsa, han valorado muy acertadamente el trabajo de Conchita, otorgándola el primer premio entre los demás escritos que también eran estupendos.
Los relatos restantes, los pongo por orden alfabético.
Escrito de Asccen
GOLONDRINA
No llevaba mucho tiempo despierta, cuando escuché que llamaban a la puerta;
en ese momento, aún con los restos del último sueño dramático, (no se porque ahora con la edad), tengo al final de la noche malos sueños, pesadillas.
Lo achaco a la falta del café, que me avisa el cuerpo, que ya es hora de levantarse.
Volviendo a la llamada, que insistía, y yo que a esas horas de la mañana no estoy muy equilibrada, me dispuse a quitar los seguros.
Cuál fue mi sorpresa al abrir, que me encontré por casualidad, a una gran amiga de la niñez, a la que no veía hacia mucho tiempo.
Residía esta amiga en el extranjero y es por lo que no nos habíamos visto en años.
Aquella visita inesperada, me llevo al pasado, "tantos años".
Tiempos de felicidad, por la juventud y por todos los planes de futuro que ambas teníamos, recordándolos me volvió la fortaleza que había perdido.
Conclusión: nunca se debe abandonar la esperanza en la vida, por más que los años pasen, siempre hay un más halla.
Ahora madrugo algo más para preparar la cafetera, así no me atrapan las pesadillas ni la cama.
Siempre habrá alguien que llame a tu puerta.
Escrito de Concha
SIN TÍTULO
No llevaba mucho tiempo despierto cuando escuché que llamaban a la
puerta.
Miré el reloj y sólo eran las 7. No hice caso y como no volvieron a llamar
entendí que se habían equivocado.
Como era sábado pensé que tenía tiempo para escribir sobre esa idea que
me rondaba últimamente. Después de tomar un café muy cargado, cogí
papel y pluma y me dispuse a explayarme:
Querida página, han pasado muchos años (casi medio siglo) y aún sigo
enamorado.
Nada más aparecer me sentí seducido. Eras tan bella!. Éramos jóvenes y
ansiábamos vivir a tope; sentirnos libres, con ganas de realizar grandes
proezas. Caminamos dichosos y logramos dejar atrás ese mundo pobre,
oscuro y miserable.
Lucharíamos por avanzar y conseguir más justicia social.
Siempre vi su fortaleza y no fue por casualidad que lográramos respirar un
ambiente más sereno, más equilibrado, donde la opresión, el miedo y la
necedad no estuvieran a la orden del día.
Aquí, en este momento de mi relato, tengo que expresar mi estupor: mi
amada está en peligro. Se siente acosada, acorralada y despreciada.
Una muchedumbre de desaprensivos a granel la acechan. Sociópatas peligrosos que la quieren destruir.
Mi propósito es seguir luchando y protegerla con uñas y dientes.
No soportaría vivir sin ella.
¿Cómo creo que será el futuro? No puedo verlo, pero sospecho que nada
halagüeño.
De todas formas, hoy es todavía.
Escrito de Esther
TILÍN, TILÍN
No llevaba mucho tiempo despierta cuando escuché que llamaban a la
puerta.
En principio creí que era la alarma del móvil y lo busqué, a tientas, para
pararlo, hasta que caí en la cuenta de mi error.
Me puse el pantalón de estar en casa y con los pelos revueltos me acerqué a
la puerta. Mire por la mirilla y no vi a nadie, pero no me atreví a abrir. Puse la
oreja pegada y tampoco escuché nada. Decidí no darle importancia y me fui
a la cocina para prepararme un café, es lo que me da, a diario, la fortaleza
necesaria para seguir adelante.
Nada más sentarme, dispuesta a disfrutar del café, volvió a sonar el timbre.
Me quedé quieta, por ver si oía algo, y después miré, otra vez, por la mirilla.
No había nadie y me estaba “mosqueando” la situación. No puse la radio
para no dar señales de vida a ningún intruso.
Sorbí el café en silencio, encendí un cigarrillo y…….volvió a sonar el timbre.
Vaya por Dios, pues sí que empezamos bien el día, me dije, no podía ser una
casualidad que llamaran 3 veces seguidas. Si volvían a hacerlo, les abriría la
puerta increpándoles.
No, no, mejor me voy a poner pegada a la puerta y mirando por la mirilla para
pillarles.
De pie y con el ojo pegado a la puerta estuve varios minutos, sin que pasara
nada, ni viera a nadie, hasta que decidí dejar de hacer el idiota.
Si el que llamaba, o la que llamaba era un “desequilibrado” no le iba a imitar
yo, que soy la persona más equilibrada del mundo, mundial.
Me senté en el sofá a terminar el café y me quedé dormida.
Al despertar estaba aún en la cama, con mi gato “Chispas” a mi lado,
sonando su campanilla al cuello, tilín tilín.
Escrito de Lola
MALENA
No llevaba mucho tiempo despierta cuando escuchó que llamaban a la puerta, Malena pegó un brinco de tal magnitud que casi se da con la lampara de la habitación
¡Leches! ¡Recaspitas! ¡ la madre del cordero vacuno! Quien llamará a estas horas?
A trancas i barrancas se levantó y fue a abrir y ¡oh! Casualidad era Benita, con la que había estado soñando esa noche.
Pero no fue un sueño agradable, mas que un sueño fue una pesadilla en toda regla.
La tal Benita tenía en el sueño una manía, y era perseguir a todos los criminales del mundo, por tierra mar y aire, Malena era su ayudante metiéndose en todas las correrías de Benita.
Saltando desde un avión, tarándose desde un edificio de 20 plantas, nadando entre cocodrilos, persiguiendo a unos narcos en plena noche, aquello era un sin Dios, el no parar, menuda nochecita que le estaba dando el sueño.
Malena que presumía de una fortaleza inquebrantable que no se arredraba por nada ni nadie estaba asustadísima.
Pero dio la casualidad que en el sueño salía un policía listo y guapo como un sol.
Y la salvó del ultimo salto desde un helicóptero en llamas, que la tal Benita quería que hiciera.
Ese Adonis me cogió por la cintura y ató su paracaídas a mi cuerpo de esta manera nos salvamos los dos.
La verdad que el sueño no acabó tan mal.
Escrito de Luisa.
LA DESPISTADA
No llevaba mucho tiempo despierta cuando escuché que llamaban a la puerta.
Era uno de mis hijos que había perdido las llaves del coche, que por casualidad tenía una copia en mi casa, porque estaba trabajando muy cerca de casa, así que le alegré el día.
Y eso que es uno de los más equilibrados, que los tengo más despistados; hay uno que trató de abrir un coche, que casualmente tenía el mismo color que el suyo, con eso te digo bastante.
Después nos fuimos al pueblo, que tengo una finca que parece una fortaleza porque tiene unas paredes altísimas para que no nos roben, que está a la orden del día y eso también tiene su inconveniente.
Porque compramos una cocina de gas y nos volvimos a dejar las llaves en Madrid, bueno tienen a quien parecerse.
En una ocasión que íbamos de vacaciones, fuimos a echar gasolina y si no es por mi hermano casi nos dejamos a uno de mis hijos en la gasolinera.