Hemos llegado a la
sede del Consejo de la Mujer
para escuchar a esta pacífica luchadora, Marcela Lagarde (Ciudad de México, 1948)
preside en la actualidad la Red
de Investigadoras por la Vida
y la Libertad
de las Mujeres. Entre 2003 y 2006 fue diputada independiente por el Partido de la Revolución Democrática
(PRD) en el Congreso Federal de México. Durante aquella legislatura, impulsó la Ley General de Acceso
para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, fundamental porque considera
todos los tipos de violencia de género; y promovió la tipificación del delito
de feminicidio a raíz de los asesinatos en Ciudad Juárez.
El feminismo es una
política dialogante, que lleva muchos años trabajando por los derechos de las
mujeres, no queremos igualdad con el hombre, queremos igualdad de
“oportunidades” y para ello hay que desmontar el poder patriarcal, erradicarlo,
eliminarlo. Esto supone una pérdida para los hombres, ya que pierden
privilegios, por eso debemos cuidar que se mantengan los logros alcanzados,
para ello es urgente utilizar la vía política de construcción de los derechos
humanos y el empoderamiento de la mujer, para estar en los espacios de toma de
decisiones.
En 1948 se cambió el
texto de Naciones Unidas donde aparecían los derechos del hombre por los
derechos humanos, como consecuencia de una crítica a la igualdad formal, no
avalada por leyes ni por todos, la igualdad debe ser real, sustantiva y
efectiva, construida desde la estructura política y con resultados que se puedan
comprobar y computar.
Se ha convertido en
delito el poder patriarcal para violentar a las mujeres, haciendo leyes no
punitivas sino preventivas, tipificando los delitos y para ello es necesario un
presupuesto en violencia de género, que no se destine exclusivamente a
campañas, si no a medidas de protección y cuando esto no es efectivo es porque
el Estado es fallido, por eso es tan importante el empoderamiento de la mujer,
para trabajar en la construcción de igualdad de oportunidades desde la no
violencia.
Esta mujer es un
ejemplo para todas nosotras, gracias Marcela.