Enhorabuena Conchin!!!!!! La flamante ganadora del Certamen Literario
Aventura
Había
una vez un chico llamado Marcos, que vivía en un pequeño pueblo
donde nunca pasaba nada emocionante. Todos los días eran iguales,
hasta que un día, mientras paseaba por el bosque, encontró una
cueva misteriosa.
Intrigado,
decidió explorarla. Al entrar, descubrió un antiguo libro lleno de
polvo. Al abrirlo, se encontró con palabras extrañas y símbolos
desconocidos. Sin embargo, al leer en voz alta, de repente se sintió
invadido por una sensación de catarsis, como si todas sus
preocupaciones se desvanecieran en un instante.
Decidió
seguir leyendo y, mientras lo hacía, se dio cuenta de que el tiempo
parecía detenerse a su alrededor. Era como si estuviera atrapado en
un momento efímero, donde nada más importaba excepto las palabras
que fluían de las páginas del libro.
Con
el tiempo, Marcos descubrió que el libro tenía el poder de
transportarlo a lugares inimaginables, llenos de aventuras y peligros
insondables. Cada vez que leía, experimentaba una sensación de
emoción y asombro inconmensurable.
A
medida que pasaban los días, Marcos se dio cuenta de que el libro no
solo le ofrecía una vía de escape, sino también una forma de
enfrentar sus miedos y deseos más profundos. Aprendió a apreciar
cada momento, incluso los efímeros, y a encontrar significado en
cada experiencia, incluso en las más pequeñas.
Al
final, Marcos entendió que la verdadera catarsis no venía de
escapar de la realidad, sino de abrazarla plenamente y encontrar
belleza en lo efímero, en lo inconmensurable de cada momento de la
vida. Y así, con esa sabiduría recién descubierta, cerró el libro
y salió de la cueva, listo para enfrentar cualquier aventura que la
vida le trajera.
La Dama (Conchin)
Las restantes participantes.
Finalidad
Busqué la palabra efímero en el diccionario y encontré “cachipolla”, que palabra más fea
para definir a un insecto que dura tan solo un día, eso si, dedicado exclusivamente al sexo,
a su reproducción, no tienen tiempo para nada más.
Comienza siendo una larva y tras su catarsis se convierte en insecto por unas horas, para
dejar su huella en este mundo a través de su descendencia.
Pensando en cómo es la vida en nuestro planeta, nunca dejo de asombrarme al ver la
inconmensurable variedad de seres que lo poblamos, todos con su singular vida,
programada para ser de utilidad.
Y es entonces cuando pienso en la utilidad del ser humano…..
Quizá si viviéramos solo unas horas no dejaríamos nuestra huella de basura,
contaminación, aniquilación, devastación….
Claro que tampoco dejaríamos nuestra música, pintura, escultura, escritura…. nuestro arte,
que es lo único que se debe salvar.
Libélula. (Esther)
Memoria
Hoy es el aniversario y pienso cuán efímero es el tiempo, no se puede tocar, no se puede
parar, no se ve, no podemos verlo hacia delante ni podemos verlo hacia atrás, pero ahí
está, presente en cada instante de nuestra vida
.
Del tiempo solo tenemos un recuerdo, que a veces se convierte en una combinación de
mezclas, sin saber, a ciencia cierta, si lo que recordamos es real o inventado, porque, a
veces, nos empecinamos en recordar solo una parte, lo bueno o lo malo y ahí nos
enquistamos, haciendo una catarsis de recuerdos a nuestra conveniencia, rescatando solo
aquello que creemos importante. Equivocadas, o no, mantenemos esa inconmensurable
nube de memoria que nos hace, por momentos, dueñas de nuestro archivo del tiempo,
dueñas de nada.
Ram (Esther)
La
aventura de vivir.
De
siempre me ha intrigado la vida.
Nacimiento
humano, que te lleva a ello
Padre,
madre, circunstancias personales.
Nacimiento
de la Naturaleza, plantas, animales, mares, ríos, montañas, firmamento.
Todo
lo cual me lleva a reflexionar en lo INCONMESURABLE de lo que nos rodea y
conocemos.
No
podemos pasar de largo ante tanta grandiosidad, O SI.
En
este punto, uno se pregunta que papel tenemos en todo esto.
Ahí
podría entrar ya la CATARSIS, enfrentados a una realidad. O NO.
La
realidad de cada ser humano, enfrentado a la VIDA.
Llegado
a este punto, el sujeto puede experimentar, diferentes caminos de
interpretación, que le lleva otra vez a su interior más profundo y que podría
intuir lo EFIMERO de todo.
El
gran misterio de la vida.
Firmado:
Ensoñadora (Ascen)
Una mujer
Inconmensurable era la alegría de esa mujer, era tan feliz, tan feliz
que contagiaba esa alegría a todos los que la rodeaban, era como
una hada buena que todos tus deseos te los concedía.
Por esa razón siempre estaba rodeada de gente, nunca estaba sola,
porque a todo el mundo le gusta estar con personas positivas.
Así era esta mujer, brillaba como el sol, pero……..siempre hay un
pero, un buen día mejor dicho un día nefasto, negro como la noche
ocurrió algo terrible, la desgracia mas grande que os podáis
imaginar y el maravilloso mundo de nuestra amiga sufrió una
catarsis tremenda, fue algo inesperado algo que no te imaginas que
pueda ocurrir, pero ocurre, porque la vida tiene estos vaivenes
caprichosos que nos dejan sin aliento.
El mal está ahí acechando agazapado como una rata de alcantarilla
para hacer pedazos nuestro mundo, y el mundo de la mujer se
derrumbó como un castillo de naipes, la alegría desapareció como
por arte de magia, en su lugar llegó la amargura, la desesperación,
la angustia y la pena mas honda que te puedas imaginar.
Nuestra mujer dejó de brillar ya no emanaba felicidad se convirtió
en su peor versión la pena la consumía y ya no estaba rodeada de
gente, habían desaparecido, se esfumaron para siempre.
El tiempo pasa para lo bueno y para lo malo también, todo es
efímero en esta vida, esa es la conclusión a la que llegó la mujer
cansada ya de tanto sufrir y como el Ave Fénix comenzó a salir de
ese pozo negro en donde se encontraba.
Poco a poco, tímidamente, despacio, abrió sus alas y Voló.
AVE FENIX (Lola)
MUJER, NEGRA Y POBRE
Me llamo Bakhita Dirie y esta es mi historia:
En el verano de 1976, Salah, mi hermana mayor, estaba en peligro de sufrir
flagelación, por lo que decidió huir conmigo.
Ella tenía 24 años y yo 13.
Escapamos de noche, en un camión para transportar vacas, decididas a
cruzar la frontera y buscar refugio en Etiopía.
Así comenzó el éxodo de dos Sursudanesas que escapábamos del horror
inconmensurable que padecíamos por el hecho de haber nacido en un país
de los más frágiles y vulnerables del mundo.
Salah y yo muy pocas veces, diría que casi ninguna, recordábamos haber
sido mínimamente felices. La palabra “efímero” aquí cobra una triste realidad;
eran tan breves y fugaces los instantes en que sentimos algo de dicha,
bienestar o alegría…..
Aquel día, a pesar del miedo atroz que nos paralizaba, abrazadas y al ver un
nuevo amanecer, hubo algo que nos sacudió a ambas y nos contagiamos de
una especie de catarsis que rozó lo placentero. “ÍBAMOS HACIA UNA VIDA
MEJOR”.
Pero la realidad es tenaz y acaecieron nuevas desgracias.
En una de las muchas travesías, tuvimos que granjearnos la amistad de un
granuja a cambio de protección. Salah le hizo prometer que sólo ella tendría
sexo con él y que a mí no me tocaría. Fue entonces cuando mi hermana se
quedó embarazada de Nina, quien nacería ya en Europa.
Fueron muchos los momentos en que peligraron nuestras vidas, a veces
vivimos atrocidades que nos hundían más y más en la miseria, pero también
se cruzaron en nuestro camino personas bondadosas, honestas y decentes.
Gracias a ellas terminamos pisando suelo español y mi hermana pudo ser
atendida en el momento de parir; un parto que resultó complicado y difícil.
Aquí, en este punto de mi narración, deseo contar lo más importante que
quiero que se sepa. Cuando Nina tenía sólo un año, hubo un desafortunado
incidente en el que Salah se vio involucrada. Ante el temor de que la echaran
del país, me dijo: - Desde este momento tú pasas a ser la madre de Nina,
sólo así os podré proteger.
A mi hermana la denegaron el derecho de asilo y fue expulsada.
Me quedé sola y tuve que salir adelante con mucho esfuerzo y la ayuda de
una ONG que nos amparó.
Han pasado 46 años y esa niña vivaracha y alegre creció y se desarrolló en
libertad. Hoy trabaja en la Fundación Internacional de Derechos Humanos.
Acabo de hablar con Nina. Ya ha leído mi testimonio y por fin conoce la
verdad.
En breve se reencontrará con su madre. Salah trabaja actualmente en el
Centro humanitario de Kodok, en Sudán del Sur.
¡Salud y felicidad a las dos!.
F IN (Concha)